“¿Cómo dejamos de ser “notoriamente improductivos”?” Por Ornella Bono

Las políticas públicas con foco principalmente en educación, tecnología y también en infraestructura son críticas para avanzar en este tema, pero ser productivo ¿es relevante para las personas? Escuchar que el sueño de algunos niños es ser “lanza internacional”, es algo que no puede quedar fuera del diseño de las políticas públicas.

Hace unos días, The Economist publicó un artículo titulado ¿Por qué los trabajadores latinoamericanos son tan notoriamente improductivos? Más abajo viene una nota del editor que aclara que el título original era “Una tierra de trabajadores inútiles”, lo que puede sonar un poco fuerte y lapidario, pero aún así vale la pena ahondar en las razones que, a juicio de este medio, han incidido en esta percepción.

Si bien Chile ha sido reconocido históricamente como uno de los países más productivos de América Latina, en 2022 el índice de productividad se contrajo entre un 3,4% y un 3,6%. Aunque, existe consenso en que es uno de los índices más complejos de medir, lo cierto es que nuestra región está dando señales que dan cuenta de un retroceso en esta materia.

Según la OCDE, antes de la pandemia los niños latinoamericanos de 15 años estaban en promedio tres años más atrás que sus contemporáneos de países desarrollados. Realidad que según cifras de la Unicef se acrecentó enormemente producto de las cuarentenas durante la pandemia. En nuestro país acabamos de ver los últimos resultados del Simce, alineado con la opinión de UNICEF.

The Economist plantea un panorama aún más desolador: las universidades de nivel internacional en la región son muy pocas, lo que ha afectado, por ejemplo, el desarrollo del talento tecnológico. “Eso aleja a las firmas que buscan este tipo de talento a zonas como Asia y África. Empresas americanas que reclutaron en Guatemala y Chile se quejaron en un congreso que no pudieron encontrar trabajadores capacitados para los cargos que requerían”.

Las políticas públicas con foco principalmente en educación, tecnología y también en infraestructura son criticas para avanzar en este tema, pero ser productivo ¿es relevante para las personas? Escuchar que el sueño de algunos niños es ser “lanza internacional”, es algo que no puede quedar fuera del diseño de las políticas públicas.

Cuando la propuesta de valor del camino que no queremos tomar es más atractiva, que la ruta (de lo que creemos) es el bien común, queda de manifiesto que la productividad es también un desafío social. La productividad no es solo para las empresas y para las estadísticas, si no que genera beneficios para la sociedad como un todo.

Si nos sentimos productivos, no solo ganamos en tiempo y recursos, sino que también en motivación y autoestima. ¿Como trabajamos para este círculo virtuoso?

AUTORA

Ornella Bono

Ornella Bono es socia fundadora y Directora de Humanitas Cornerstone.

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